Aunque un poco tarde, pero a buen tiempo, ha vuelto a ponerse sobre el tapete el tema del antiguo proyecto de construir una solución vial entre el Norte y el Sur del país.
Una carretera que permita dinamizar y facilitar las relaciones económicas entre el Norte, incluyendo el dinámico cibao central y su capital política y económica, Santiago de los Caballeros, es una obra que nunca debió posponerse.
¿Que gana un país eminentemente agrícola como la República Dominicana con evitar que dos regiones de potencial agrícola como el Sur, específicamente San Juan de la Maguana, Bani y Ocoa tengan que vender y comprar en el Cibao a mucho sacrificio, con un transporte penoso y costoso que derrumba rentabilidades? .
Si esta obra se concretiza, pronto veremos los resultados socioeconómicos entre el Norte y el Sur. El Cibao, además de ser la zona de mayor desarrollo agrícola, conlleva un dinámico proceso de desarrollo industrial y agroindustrial con bienes y servicios que son demandados por las poblaciones del Sur. Igual San Juan de la Maguana, Bani y Ocoa producen bienes agrícolas que necesitan en el Norte sobre todo en la zona hotelera.
Muchas familias de agricultores sureñas pudieran ampliar sus operaciones agroempresariales, incidir en el dinamismo socioeconómico de sus comunidades, si por la existencia de una carretera entre la Cordillera Central como la propuesta por el Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones, el transporte de las cosechas se hiciera mas barato, y menos penoso. Pero además sepultaríamos para siempre las recurrentes denuncias de que se pierden las cosechas en las plantaciones por la falta de caminos adecuados.
A nadie le conviene que las familias de agricultores pierdan dinero, ni se empobrezcan sencillamente porque el Estado no ha cumplido con su papel de estimulador de las iniciativas económicas privadas.
La carretera intramontaña que no es más que una rehabilitación de unos 86 kilómetros existentes y carentes de mantenimiento, impactaría grandemente en la economía nacional porque estaríamos haciendo exportaciones agrícolas y de manufacturas en nuestro propio territorio, es decir en la zona hotelera visitada anualmente por millones de turistas de todo el mundo.
Es decir que la carretera Cibao-Sur seria una de las mas importantes decisiones que gobierno alguno haga porque impacta directamente dos de las mas importantes regiones del país, y arrastraría a la integración económica a familias que residen en la zona montañosa que pudieran aprovechar el turismo interno de montaña y ofertar productos tanto agropecuarios como de manufactura cultural campesina y sus hijos pudieran generar ingresos como guías turísticos de nuestras bellezas naturales.
A quien se le haya ocurrido revivir esta solución vial hay que felicitarlo y apoyarlo, porque si la carretera Cibao- Sur se realiza también ganaremos despejando de vehículos de carga nuestras ya congestionadas carreteras llena de los peligros de la competencia entre vehículos pesados y livianos generadores de muchas muertes y daños familiares. Eso si, cuidando no dañar las riquezas naturales, podemos sin mas dilación hacer realidad la carretera Cibao –Sur. Adelante.
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